Ignición, combustible y sequía son los ingredientes perfectos para generar incendios forestales. El primero enciende la chispa, los dos siguientes la alimentan y propagan. Son tres factores cuyo incremento no es lineal, pero la variación en ellos puede contribuir a aumentar o disminuir la voracidad del fuego. Un estudio elaborado por el CSIC rebela el funcionamiento de estos patrones, sus umbrales y la estrecha relación que mantienen con las condiciones meteorológicas. (Fuente: Ambientum)