¿Qué tienen en común numerosos viñedos dispersos por paisajes idílicos, centros industriales y vertederos? La respuesta podría ser la presencia de sustancias químicas. Desde metales pesados hasta contaminantes orgánicos y microplásticos, el suelo en el que cultivamos nuestros alimentos y la tierra sobre la que construimos nuestras casas podrían estar contaminados con distintos contaminantes. Los contaminantes están generalizados y se acumulan en la tierra y los suelos de Europa. ¿Cómo podemos abordar este problema? (Fuente: AEMA)