Son poco estudiados y ni siquiera se les considera en la legislación forestal. Gran parte de ellos se encuentran en laderas, donde predomina la neblina y la lluvia. Son zonas que se han ido regenerando después de tormentas, incendios o deforestación provocada por uso agropecuario. Los árboles que albergan tienen entre 10 y 20 años de vida y se les conoce como bosques de niebla secundarios. (Fuente: Mongabay)