La urbe más conocida de Sudáfrica se ha escapado por los pelos, pero el peligro seguirá acechándola. Ciudad del Cabo, sede del Parlamento del país, estuvo a punto de convertirse en la primera gran capital mundial en quedarse sin agua para abastecer a sus habitantes. Medidas drásticas de ahorro y unas providenciales lluvias han retrasado por ahora la llegada del llamado día cero, en que los grifos habrían dejado de manar, hasta al menos el año que viene. (Fuente: Ambientum)