Ahora mismo, el cultivo y las huertas se asocian directamente al campo. La ciudad es el espacio para los edificios, el hormigón y los ruidos, pero no para el cultivo de vegetales, frutas y plantas variadas, a menos, claro está, que pensemos en un ordenado jardín para el disfrute más bien ornamental. Sin embargo, las cosas están cambiando. Las ciudades se están abriendo al cultivo y están recuperando espacios sin uso para que sus habitantes se encarguen de llenarlos con esos vegetales y frutales. (Fuente: Ambientum)