El dióxido de carbono (CO2) es el gas de efecto invernadero que suele expulsarse con más frecuencia a la atmósfera como consecuencia de distintas actividades humanas. Sin embargo, hay otros gases que aunque se emiten en cantidades más pequeñas tienen un efecto aún más nocivo porque absorben con más facilidad la radiación térmica que emite la superficie planetaria. (Fuente: Ambientum)