Un equipo de investigadores de la Estación Experimental de Zonas Áridas (EEZA), centro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en Almería, comprueba en un estudio que las zonas áridas que han sufrido una mayor degradación debido, por ejemplo, a actividades humanas como el pastoreo o la deforestación, secuestran menos CO2 durante el invierno y la primavera e incluso, pueden llegar a emitir importantes cantidades de CO2 a la atmósfera, especialmente durante el verano. (Fuente: DICYT)