Las áreas oceánicas abiertas llamadas "zonas muertas", que no tienen oxígeno y frenan la vida bajo el agua, han aumentado más de cuatro veces en los últimos 50 años, en tanto que los sitios de bajo oxígeno en los cuerpos de agua costeros (incluidos los estuarios y los mares) se han incrementado más de 10 veces desde 1950. (Fuente: Ambientum)