Cuenta la leyenda que en las profundidades del Lago de Sanabria yace un pueblo anegado por las aguas a causa de una maldición. Y que aquellos que sean lo suficientemente intrépidos como para acercarse a sus orillas a la media noche en la festividad de San Juan escucharán el tañido de las campanas de su iglesia y verán emerger de las aguas sirenas que lloran la triste historia. (Fuente: DICYT)