Debido a los cambios que se producen en la cantidad y en la localización de hielo marino en invierno, cada vez más osos polares (Ursus maritimus) nadan distancias de más de 50 kilómetros en el océano Ártico. Para los científicos, estos grandes esfuerzos provocan pérdida de masa corporal y afectan negativamente a la supervivencia de las crías. (Fuente: Ambientum)