En Costa Rica y específicamente en la península de Nicoya los nuevos bosques o bosques secundarios llegaron para suplantar los espacios vacíos dejados principalmente por la ganadería, lográndose con ello una recuperación sistemática y en proceso de la biodiversidad de la zona, al mismo tiempo que se da la captura de carbono y se provee de productos de madera que pueden ser comercializados o usados para el autoconsumo. (Fuente: DICYT)