Ante la situación geopolítica actual y la dependencia de las importaciones, la Comisión Europea (CE) aboga por una nueva estrategia europea de seguridad energética, que pasa por la diversificación del suministro energético del exterior, la mejora de la infraestructura energética, un mayor despliegue de las renovables, la realización del mercado interior de la energía de la Unión Europea y el ahorro energético.