El crecimiento demográfico, la urbanización y el desarrollo económico están provocando un incremento de la demanda de agua dulce en las zonas urbanas de toda Europa. Simultáneamente, el cambio climático y la contaminación inciden en el volumen de agua a disposición de los ciudadanos. ¿Cómo pueden las ciudades europeas seguir abasteciendo de agua dulce y potable a sus habitantes?