El cambio de hora, ¿ahorra energía?

La normativa de la Unión Europea establece que cada año, el último domingo de marzo a las dos de la madrugada (hora peninsular), los relojes deben adelantarse una hora para que sean las tres. Se trata de una norma instaurada en 1974 como consecuencia de la crisis del petróleo, que no sólo puso de manifiesto la dependencia de las sociedades más avanzadas de este material, sino que animó a adelantar la hora con la llegada del verano.

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