Durante 1755, en plena Ilustración, nació el Real Jardín Botánico de Madrid. El interés desmedido de la época por la razón y el pensamiento propiciaron su creación, que tuvo como finalidad primera el estudio y la enseñanza de la Botánica. El Jardín abarca en sus ocho hectáreas una nutrida representación del reino vegetal y todavía se postula como una gran enciclopedia viva y accesible a todos los públicos. La investigación científica es su faceta menos conocida, no en vano el Jardín pertenece al CSIC, así como el herbario, dotado con más de un millón de ejemplares, la biblioteca y su valioso archivo histórico.