Los hallazgos, publicados en la revista Science, sugieren que algunas coníferas habrían sobrevivido en las cumbres montañosas que sobresalían de la placa de hielo, tanto en zonas litorales como en islas. Por consiguiente, y desviándose de la teoría más aceptada, no todos los árboles que pueblan la región en la actualidad tendrían su origen en una migración de especies tras el deshielo.