Mientras el precio del oro se dispara en los mercados internacionales, una “zona muerta” se extiende por el sur del bosque húmedo peruano. Los turistas que viajan a Manu o Tambopata, las joyas de la corona de los parques nacionales amazónicos, pueden ver desde el aire un paisaje lunar, fangoso, lleno de cráteres… seguido de otro similar… y luego otro… y uno más… Todo ello en la región de la que los peruanos afirman con orgullo es la capital de la biodiversidad nacional.