En un viejo aeródromo de la RAF (la fuerza aérea británica), investigadores de las mejores universidades del país pretendían elevar una enorme manguera un kilómetro arriba y rociar la atmósfera con agua para reflejar los rayos del sol. Iba a ser el primer test de un proyecto para comprobar si esta técnica de geoingeniería puede servir para contrarrestar el calentamiento global...