La presencia de arsénico en aguas subterráneas se debe a procesos geológicos naturales y varía según la ubicación geográfica. Argentina es uno de los países en el mundo más afectados por esta causa y en ciertas regiones puede provocar la enfermedad identificada desde principios del siglo XX como HACRE (Hidroarsenicismo Crónico Regional Endémico), que se caracteriza por la aparición de numerosas lesiones y tumores en la piel.