El permafrost, una capa de suelo permanentemente congelada en las regiones polares y de alta montaña, se erige como un pilar fundamental para el equilibrio climático y la estabilidad de frágiles ecosistemas. Compuesto por roca, sedimentos y una rica materia orgánica mezclada con hielo, este depósito natural lleva miles de años aprisionando vastas cantidades de carbono, un volumen que supera las reservas atmosféricas y terrestres combinadas. (Fuente: Espacios Naturales)