El cambio climático se ha consolidado como un desafío existencial para la humanidad, alterando de forma severa ecosistemas y economías globales. Impulsado por la quema de combustibles fósiles y la deforestación, este fenómeno se manifiesta en el aumento de las temperaturas y la intensificación de eventos extremos. Sin embargo, más allá de sus consecuencias medioambientales, emerge un interrogante crucial sobre cómo las sociedades perciben y reaccionan ante la crisis, pasando por factores sociales, psicológicos (como la fatiga climática) y estructurales. (Fuente: Ambientum)