En un esfuerzo por liderar la transición hacia una economía más sostenible y menos dependiente de los combustibles fósiles, la Comisión Europea ha puesto de manifiesto su firme apoyo a las tecnologías de captura y almacenamiento de dióxido de carbono (CO2). Este enfoque no solo se considera vital para alcanzar los objetivos climáticos de la Unión Europea para 2050 sino también como una oportunidad estratégica para innovar en el sector energético. (Fuente: Ambientum)