Actualmente, existe una preocupación creciente por el impacto que tienen los micro y nanoplásticos en la salud humana. La complejidad de los materiales, su pequeño tamaño y los límites en la metodología hacen que su análisis y, por tanto, su regulación, estén limitadas. Un nuevo estudio liderado por el Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en colaboración con el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), centro impulsado por Fundación ”la Caixa”, ha desarrollado una metodología de alta resolución que permite cuantificar la cantidad de micro y nanoplásticos en agua embotellada en plástico. (Fuente: DICYT)