Los combustibles fósiles son recursos energéticos no renovables formados a partir de un proceso de descomposición de la materia orgánica a lo largo de millones de años. Se formaron a partir de restos de animales, microorganismos y plantas, que se acumularon en capas de sedimentos y fueron sometidos a altas presiones y temperaturas durante largos periodos de tiempo. Se encuentran bajo tierra y se extraen mediante procesos de minería y perforación. (Fuente: Ambientum)