En el norte de la Amazonía, las carreteras son escasas y, sorprendentemente, las pocas que existen no han provocado deforestación generalizada. Esta aparente anomalía se debe, en gran medida, a una dinámica de desarrollo que ha impedido que estos países busquen seriamente el desarrollo agrícola en sus provincias amazónicas. Por ejemplo: Venezuela eligió construir una economía basada en la extracción de minerales, principalmente petróleo; mientras que sus líderes han contemplado las zonas de las tierras altas de Guyana como un área protegida nacional gigante. (Fuente: Mongabay)