Tras haberse mantenido fuerte en el primer semestre, la economía de la UE entra ahora en una fase mucho más complicada. Las perturbaciones provocadas por la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania están haciendo mella en la demanda mundial y reforzando las presiones inflacionistas. La UE se encuentra entre las economías avanzadas más expuestas, debido a su proximidad geográfica a la guerra y a su fuerte dependencia de las importaciones de gas de Rusia. La crisis energética está erosionando el poder adquisitivo de los hogares y lastrando la producción. (Fuente: Comisión Europea)