Un modelo desarrollado por científicos brasileños demostró que la apertura de áreas protegidas en la Amazonia para la concreción de proyectos de minería llevaría a la devastación de 183 kilómetros cuadrados (km²) de selva como resultado directo de la existencia de las nuevas minas, y a la pérdida de más 7.626 km² derivada de los impactos directos e indirectos ocasionados por la construcción de infraestructura. (Fuente: DICYT)