Más de 27 000 hectáreas de este páramo han sido concesionadas a compañías australianas y canadienses que buscan extraer oro, plata y cobre. Fierro Urku es un lugar sagrado para el pueblo kichwa Saraguro y los indígenas mantienen un punto de control en el ingreso al páramo para evitar la entrada de los mineros. (Fuente: Mongabay)