Las grandes superficies asfaltadas, el tráfico, la contaminación y la ausencia de zonas verdes hacen que las ciudades tengan una mala respuesta al calor del verano. El diseño urbano determina el microclima donde vivimos y, por tanto, modificarlo permite generar unas condiciones que nos permitan sobrellevar mejor las altas temperaturas. (Fuente: Ambientum)