La Organización Meteorológica Mundial reconoció el pasado martes una nueva de temperatura máxima alcanzada en el Ártico. El récord se produjo el 20 de junio del año pasado cuando la ciudad rusa de Verkhoyansk alcanzó un registro de 38 grados centígrados. La temperatura, más propia del Mediterráneo que del Ártico, se tomó en una estación de observación meteorológica durante una excepcional y prolongada ola de calor siberiana. (Fuente: Ambientum)